Álvaro Neil Franco Zambrano (Barbosa Santander, 1969). Licenciado en Idiomas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y magíster en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá. Catedrático de la Escuela de Idiomas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja. Poemas suyos han sido publicados en el Periódico de Poesía de la Universidad Autónoma de México (2007), en la Revista de Poesía Trilce (Chile, 2012), en la Revista Casa Silva (2012), en la antología de la poesía colombiana Desde el umbral, en La Pipa de Magritte y en las Revistas Clave, Rosa Blindada de Cali y en La Raíz Invertida (Revista Latinoamericana de Poesía). Libros publicados: La saga de los clavellinos (Universidad del Valle, 2008) y Temblor de isla (Rosa Blindada Ediciones, Cali, 2016).
* * *
Del libro “La saga de los clavellinos”
Universidad del Valle, (2008).
CARTA AL PADRE
I
Hace pocos días
papá cumplió años
todavía conserva
esa mirada
que huele el
latido del plátano Tocaimero
y la yuca Sata
Casi siempre sale
al patio
en sus
calzoncillos de color ahuyama
a darle los
buenos días a los gallos de pelea
Aprendió a leer
vendiendo periódico
y matemáticas
contando las estrellas
tartamudea pero
no se le olvida
No es
conocedor de Nietzsche ni de Spinoza
pero sí de sí
mismo y del atardecer constante
cuando los
cangrejos regresan a su piedra
-utopía de los
alquimistas-
Me fascina su
mercado de pulgas
cada vez que se
emborracha
la escopeta de
fisto que a veces acaricia
como lo haría un
niño
No considero
necesario decir
que lleva el pelo
largo a las peluquerías
Le dicen El Cenizo
Leo es su signo
zodiacal
y su número de
suerte el 39
Papá no
medita ni contempla el sol
está hecho de él
Después de tantas
calles
se queda con la
calle del barrio
porque le conoció
la infancia.
UNA CARTA A
ISABEL
Querida hija:
Por acá la casa
sigue echando de menos
el olor a
eucalipto de tus sahumerios
Continúa siendo
agradable departir contigo
el tinto con
limonero sin azúcar en la madrugada
Las calles de
pueblo de mis pies
te mandan la
bendición y los buenos días
como siempre
Te recuerdo
saliendo adelante
cuando fuiste a
la quiebra con tu venta de helados
Mientras en los
amagos de lluvia recolecto la ropa
las hormigas
rehacen el viaje de tus manos
en el mesón de la
cocina
Los nietos que no
tengo
se la pasan
jugando a las escondidas
en el arco iris
de los roperos
De vez en cuando
llega
hasta la estación
otoñal de los botones
cargada con
bultos de maíz
la plancha de
carbón
Aún luzco con
pantalones bota de campana
(en Dacrón peso de
pluma)
la figura en
blanco y negro del portarretratos
Quizás me alcance
la vida
para darle la
vuelta al mundo
en la máquina
superior de moler
De tu papá te
cuento
que no deja el
sombrero
ni la mandarina
Arrayana
y que todavía le
habla a las gallinas
Desde que te
fuiste
poco a poco
nos hemos ido
quedando sin
ventanas.
CLIMA TROPICAL DE MONTAÑA
En este clima tropical de montaña
la sangre se
forma en los amigos
la mirada va
siendo la nostalgia de unos ojos
que la vida se
llevó río abajo
Acá por las ollas
del guarapo entramos en las casas
a saludar las
visitas que nos presentan las libélulas
Hay adioses de
bijao
que envuelven con
la brisa del Suárez
nubes mensajeras
de este olor a guayaba
que nos quedó por
alma
de este corazón
maduro de gusanos blancos
al que ni
siquiera su propia tierra lo recoge
laderas
iluminadas de camuros
que mastican
nuestra esencia de abismo
desde cuando nos
desterraron del ombligo
Si algo hemos
sido
es ese tren que
no alcanzamos a vivir
pero nos pita en
la memoria
cuando madrugamos
en la palabra de
nuestros abuelos.
CARTA AL PADRE II
Calzarme las
alpargatas
o simplemente con
los pies descalzos
ir por los
caminos de herradura
a dejar la nasa
en el pozo de siempre
para espinarles
el alma a los nicuros
o voltearles con
cebolla y tomate
la piedra a los
cangrejos
Celebrar mientras
regreso
el barro que
trepa por mis zancas
el alumbrado
público del girasol
la rocola
empolvada
donde habita el
grillo y la rana
que no me canso
de pedir
mientras me pongo
la luna en los labios
y bebo este café
humeante de estrellas
que prepara la
abuela.
* * *
Del libro “Temblor de isla”
Rosa Blindada Ediciones, Cali (2016).
A LA ORILLA DE TUS
PALABRAS
Yo soy mi río, mi claro río que pasa
a tumbos en las piedras.
Eugenio Montejo
Somos un mismo olor
La guayaba floreciendo en la infancia
Una misma agua
El Moniquirá desembocando en el Suárez
Solo que habitamos orillas diferentes
Desde la mía
tu cabello siempre será un relámpago
tu mirada un rayo que no acaba
y yo un niño que te arroja piedritas
para que no se apague el brillo de tus palabras
Tus palabras que llegan a mis días
como peces abismados de luminosidad
como anzuelos
donde empiezo a morir por el silencio
como espuma que navega
por esta soledad de arena
como un tsunami
donde únicamente sobreviven
las leyendas de los pescadores
como un oleaje de asombro
que resucita de burbujas
la lama de mis pensamientos
como un remolino de desesperación
que me arrastra por camas de hojas
donde recuerdo tu cuerpo
que todavía no conozco
Tú decides cuando puedo
acampar en tu vida
COMPLEMENTOS ERÓTICOS
DE LA K
Para tus grandes senos blancos
mis pequeñas manos móviles
para tus sueños sin ropa
la gallardía de mi triste figura
y el yelmo de Mambrino
para tu madreperla
soy Francis Drake
Barba Roja afeitado
(cuestiones de la estética)
para el alto relieve de tu espalda
a Cristóbal Colón
le faltaron 500 años
Agustín Codazzi
se quemó con el cabo de la vela
y ya no quiso continuar
así que
sus trazos geográficos
quedaron en mis manos
yo aún
conservo los mapas
CANCIÓN PARA CARMEN
EMILIA
Mi vida está pendiente de una rosa
Ella es hermosa y aunque tenga espinas
Me la voy a llevar a mi ranchito
Porque es muy linda mi rosa momposina.
José Barros
Confieso haber vivido
recostado en una mecedora
mirando pasar
un vestido de taruyas
que monta en bicicleta
y reparte arroz con coco
cada vez que se ríe
Con sus brazos de agua
donde la piel cantora
de los bogas
palpita de nostalgia
el humo azul de las aldeas
Con su cola de totumo
que se alumbra de música
a medida
que se entra en la noche
Con su mata de pelo acalorada
donde la luna sabe a jugo de naranja
Con sus muslos de canela
por donde las iguanas trepan
para beberse el cielo
Con sus senos de atarraya
que abren sus plomos
para soñarse
con los pescaditos de
oro
del coronel Aureliano Buendía
Yo
gobernador de la ínsula Barataria
soy aireado en mi delirio
con sus manos de palmera
que me dicen adiós
ELLA VIENE DE UN
CUADRO DE GAUGUIN
He querido establecer el derecho de atreverme a todo.
Paul Gauguin
Su pelo es una herida
sembrada de locura
donde crecen jazmines
En sus senos sube y baja
la respiración de las olas
El pez rojo de su boca
baila tangos
en el olor de ausencia
que despiden
los naranjos en flor;
cola de cometa
incendiando colores
en mi alma de nube
Temblor de isla
de cuyos muslos brota
la lava de las revelaciones
Yegua primitiva
donde atardece
el sabor del café
Derechos reservados
© Álvaro Neil Franco Zambrano
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